Cuaderno de bitácora 418.1, año estelar 2011
Hemos asistido estos últimos días a unas declaraciones del ex-presidente de gobierno J.M. Aznar en la Universidad de Columbia, que constituyen, una vez más, una clara agresión a la imagen pública de España.
En ellas, Aznar, sin tan siquiera justificar su afirmación, expone públicamente, a sabiendas de que su exposición tendrá eco, que España va a tener grandes dificultades para pagar su deuda. Dicho de otra manera: "Ojo con España, que no es de fiar".
Que buscan estas declaraciones, contrarias a cualquier persona que defienda mínimamente a su país?? Claramente, la intencionalidad no puede ser otra que erosionar internacionalmente la imagen del gobierno actual. Con ser ésto, ya de por sí, grave, lo peor es que se lleva por delante, no sólo la confianza en el gobierno actual, sino sobre todo, la confianza en el futuro económico del país.
En los dos últimos siglos nuestro país ha visto desfilar ante nuestra ojos, un cúmulo de salvapatrias. Los ilustrados del S. XVIII, creyeron que ayudando a Napoleón, conseguirían traer modernidad a nuestro país, y no dudaron en conspirar a favor de Francia, en contra del sentimiento mayoritario del pueblo. Finalmente, también fueron traicionados por el mismo Napoleón, que se dió un paseo triunfal, con el único fin de conquistar y expandir su territorio.
Con posterioridad se han sucedido militares de uno y otro signo, que intentaban a golpe de sable, imponer su criterio, pensando que sus ideas y su voluntad serían suficientes para corregir las desviaciones de la patria, siempre, claro, bajo su propio prisma.
El leit motiv de los salvapatrias parte siempre de la idea de que sus posiciones son las únicas correctas, las únicas salvadoras, y han de imponerse por encima de cualquier debilidad, formalismo o regla. El fin justifica cualquier medio: Es necesario preservar la patria de sus enemigos, sean internos o externos; claro que, a continuación de salvarla, siempre viene la segunda parte: venderla
Porque no nos engañemos, el fin último de salvarla es hacerla propia para imponer criterios, para venderla a sus verdaderos dueños, a los que nunca debieron haber arrebatado. O primero se pacta con los especuladores, para después, salvarla ?
El problema es que esta gente nunca aprende. En el camino de salvación, no les importa destruir, arrasar, eliminar, porque en el fondo piensan que lo importante es poder salvarla ellos, constituyendose en heroicos/paranoicos patriotas de pacotilla.
El penúltimo ejemplo fue Franco y su insurrección. No le importó provocar una cruenta guerra civil entre hermanos, porque lo que le importaba es que su España triunfara sobre la otra, la ilegítima, la enemiga, aún a costa de arrasar todo lo bueno que pudiera haber en uno u otro lado.
Primero vendió la patria permitiendo la ayuda de los nazis y fascistas italianos, luego la "salvó" para su mayor gloria. Por eso yo os pregunto: que fue antes ?? el huevo o la gallina ? Los salvapatrias o los vendepatrias ??
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