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viernes, 2 de septiembre de 2011

Respuesta de un diputado socialista sobre la reforma de la Constitución.

Cuaderno de bitácora 0902, año estelar 2011.

Transcribo, tal cual me ha llegado por twitter, la respuesta de un diputado socialista, intentando explicar las razones de esta reforma. Difícil de explicar, fácil de comprender.

Después de leeros el texto, intentad reflexionar sobre ésto: No estaremos errando entre todos el objetivo del disparo ?


Hola Alejandro, no creas que no comparta algunas de las apreciaciones de tu correo. La reforma de la Constitución por esta vía ha supuesto un punto de desencuentro con una parte muy significativa de la sociedad y las formas con las que se ha hecho, quizá no han sido las más adecuadas. Pero todo este escenario es la constatación de una triste realidad que, no por injusta, deja de mostrar sus efectos con una contundencia y agresividad descomunal. Me refiero, evidentemente, a la influencia del sistema financiero en la economía y, por tanto, la política de todos los países.
Naturalmente que me gustaría que se regulen los mercados de una vez por todas para que haya más control y transparencia. Claro que quiero una agencia de calificación europea pública. Por supuesto que estoy a favor de la introducción de un impuesto sobre las transacciones cambiarias. Pero todo eso, que cambiaría las reglas del juego y permitiría que muchos de los excesos financieros que se están produciendo cesaran, requiere de dos premisas esenciales: que haya una mayoría de izquierdas en el Parlamento europeo y que los distintos partidos socialdemócratas europeos lleven estos puntos en sus programas electorales. Y eso es algo que no vamos a conseguir en dos meses, ni un año o dos, mucho me temo, sino a medio plazo. Menos en una semana, días u horas que es la velocidad a la que actúan los mercados.
Mientras tanto, ese sistema financiero que es poco menos que una bestia insaciable sedienta de sangre continúa con sus ataques a los países que entiende más vulnerables. Una vez liquidados Grecia, Irlanda y Portugal era el turno de España e Italia. Habiendo llegado a una prima de riesgo este verano que superaba los 400 puntos, teniendo que pagar cada vez que se incrementaba miles de millones de euros de intereses (solo en 2010 más de 4.000 millones de euros de INCREMENTO del pago de intereses) y con la posibilidad de un rescate en el horizonte, se ha tomado una decisión muy jodida. Conozco los datos de los países rescatados. Las condiciones impuestas por los organismos financieros internacionales y la propia UE para entregar el dinero, son draconianas. IVA’s del 24 %; reducción de las pensiones y pérdida de poder adquisitivo de las mismas; recortes de las prestaciones públicas que dejan en anécdota las llevadas a cabo por nosotros en mayo de 2010. En definitiva, el rescate del país supone el hundimiento del mismo durante generaciones enteras.
En esas circunstancias, cuando Zapatero recibe el aviso del presidente del BCE, Trichet, de que la compra de bonos de España e Italia requería de contraprestaciones en forma de nuevos recortes o modificaciones normativas, el Presidente eligió la de la modificación constitucional. Con la oposición de Rubalcaba y de una parte muy significativa del PSOE. Entre otras cuestiones porque se introducía la cifra de déficit permitida en la norma y el PP trataba de introducir el concepto de déficit cero. Evidentemente, ante las explicaciones en el seno del partido y del grupo parlamentario socialista de la situación crítica financiera en la que nos encontrábamos y la disyuntiva entre elegir entre lo malo o lo muy malo, acabamos comprendiendo que aunque sea dificilísimo explicarlo con claridad, había que apoyar el criterio del Presidente.
En cuanto al fondo de la reforma, hay que dejar claras unas cuantas cuestiones. El concepto que se introduce es el de estabilidad financiera, algo con lo que nunca hemos estado en desacuerdo los socialistas. Es más, el propio concepto fue formulado por los socialistas escandinavos en 1930. Algo muy distinto al déficit cero, que no permite jamás que haya gastos por encima de los ingresos en ni un solo euro, tanto en época de crisis como de prosperidad. La cifra de déficit permitida EN CIRCUNSTANCIAS NORMALES que finalmente se regulará por Ley Orgánica es del 0,40 % del PIB. Sin embargo, lo que sí garantiza la propia reforma constitucional es que en crisis económicas, catástrofes u otras circunstancias análogas la norma dejará de tener efecto y, en consecuencia, no habrá límite para endeudarse para lo que sea necesario. Políticas sociales en este caso.
Lo que sí va a limitar esta reforma es la posibilidad de endeudar al país cuando las circunstancias económicas sean normales o buenas, lo cual, por otra parte, tiene lógica económica. Tanta que ya figuraba en nuestra Ley de Estabilidad Presupuestaria de 2006. Si ya existía te preguntarás el por qué de su constitucionalización. La explicación es sencilla: nos la habíamos pasado por el forro en etapa de bonanza económica y eso los especuladores financieros y los bancos (si hay diferencia entre ambos) lo saben. En consecuencia, o dábamos una garantía más elevada a esa norma o no teníamos credibilidad alguna.
No pretendo que compartas los argumentos que aquí te expongo pero, como puedes comprobar, no es tan sencillo con estos datos y estas circunstancias coyunturales en las manos afirmar categóricamente lo contrario. La decisión que hemos tomado, dura, compleja, ha sido pensando en que es lo máximo que ahora podemos hacer para evitar un rescate o una situación insostenible en cuanto a los intereses que debemos satisfacer para la deuda. Y es, por tanto, una decisión que se toma pensando en lo mejor para los españoles aunque muchos no compartan ese criterio o sea difícil que se visualice así.
Naturalmente, esta explicación es tan solo un resumen de algo con muchas aristas y muchas particularidades. Pero creo que es suficiente para comenzar un diálogo contigo y que puedas tú también rebatirme o preguntarme sobre cualquier otro aspecto que no me haya pronunciado aquí o haya olvidado.
Un saludo.