Cada pensamiento, cada acto del ser humano es una semilla al aire...

A veces cae en terreno yermo y muere, otras, germina y se multiplica

lunes, 8 de agosto de 2011

La democracia de los mercaderes

Cuaderno de bitácora 0809, año estelar 2011.

Vivimos tiempos convulsos donde el fenómeno de la globalización, que nos hacía concebir grandes esperanzas a la hora de eliminar lacras como el hambre, la pobreza extrema, la falta de educación, están siendo utilizados para romper con total facilidad e impunidad las fronteras económicas y fiscales de los Estados soberanos.

El último capítulo al que asistimos son las agencias de calificación, y su intolerable protagonismo en el comienzo, y ahora, salida de la crisis.

Intolerable, por su falta de profesionalidad: ni por asomo consiguieron tan siquiera acertar en el análisis de la crisis, cuando ésta había estallado ya;

Intolerables sus calificaciones recién horneadas en los días previos al estallido de la burbuja, de entidades que semanas después, no sólo pasaban dificultades, sino que se hundían estrepitosamente, sin tan siquiera dar una mínima explicación de sus inmensos errores.

Intolerable la parcialidad con la que regalan en unos casos, o hacen pagar con reducciones la calificación otorgada, a estados soberanos, a los que se somete a una presión económico-financiera con estudios tan ligeros y tan poco profesionales, que se permiten el lujo hasta de hacer mal las sumas finales.

Intolerable el seguidismo que se realiza por parte del mercado, y que a sabiendas, aprovechan los grandes especuladores para forzar voluntades gubernamentales o empresariales.

Intolerable la falta de transparencia de estas agencias, que al ser privadas, facilitan posibles relaciones oscuras entre estas agencias con las grandes fortunas y grupos especuladores.

Todo este funcionamiento insensato, sin razón alguna, está construyendo una casta política de presión, una casta anónima y sin escrúpulos, un gobierno mundial en la sombra, una democracia de mercaderes, con poderes reales muy por encima de las democracias políticas electas.

Sólo una acción globalizada y coordinada de los gobiernos poderosos, puede devolver el poder económico real a los políticos legítimamente elegidos. Para ello se necesitan líderes valientes, concienciados y con el carisma suficiente para hacer frente a la batalla soterrada contra los especuladores.

La pregunta es: Los conocemos, o están por venir ?